Las enfermedades endocrinas en animales mayores

Los perros y los gatos a edad avanzada (a partir de los 10 años en los gatos y de entre los 7 y 10 años en los perros, dependiendo de su raza) pueden padecer enfermedades endocrinas.

Son enfermedades causadas por un desarreglo en el sistema de regulación del organismo, que en gran parte está gobernado por unas sustancias llamadas hormonas. Estas hormonas son producidas por distintos órganos denominados glándulas. Muchos de ellos nos suenan, por ejemplo la tiroides, el páncreas, las glándulas adrenales,etc.

Su misión es estar en la proporción adecuada para que todo vaya a el ritmo correcto en el organismo.
Cuando no están en la cantidad adecuada ( porque hay de más, o bien porque faltan) se producen las alteraciones hormonales que dan lugar a estas enfermedades.

Son más frecuentes de lo que imaginamos por ejemplo la diabetes, el hipotiroidismo ( en medicina humana también llamado bocio) el síndrome de Cushing o el hipertiroidismo en gatos.

Muchas de ellas son detectadas tarde y en avanzado estado, puesto que el propietario muchas veces no da importancia a determinados síntomas tempranos que ve en su mascota y que son importantes.

Entre ellos están el aumento exagerado del apetito, el aumento exagerado del consumo de agua, o de la micción. La perdida de pelo, la apatía del animal o el aumento de peso también deben llamarnos la atención. Cuando notemos estos síntomas debemos consultar con el veterinario.

Muchos de estos problemas pueden ser detectados con pruebas sencillas en sangre de nuestra mascota. Y, aunque algunos de ellos necesitan de tratamiento para corregir el desequilibrio que se produce, los tratamientos por lo general si son bien aplicados garantizan una esperanza de vida normal a nuestro perro o gato, siempre y cuando luego se continúen monitorizando por parte del veterinario.

Qué un perro tenga diabetes o un gato sea hipertiroideo no es el fin del mundo. Debidamente llevados, harán vida normal y podremos gozar de su compañía en buenas condiciones mucho tiempo.

Sólo hay que estar atentos a los síntomas que podamos en nuestras mascotas mayores y realizarles un chequeo geriátrico una vez al año aunque no los veamos.