El ser humano es un animal social y como tal necesita de relacionarse con otros de su especie y entiende muy bien la relación con un perro. Porque el perro también es un animal social acostumbrado a convivir con el hombre desde la antigüedad.
Un perro tiene cualidades que bien desarrolladas y enfocadas llenan un vacío en sus dueños. Es un animal noble, leal, fiel a su manada (familia) y que , muy importante, siempre estará ahí.
Siempre estará ahí para jugar con nosotros, para buscar nuestro cariño , para hacer de apoyo en los malos momentos sin apenas pedir más recompensa que formar parte de nuestra vida. Pero eso es muy importante.
Cuando tenemos la oportunidad de adoptar a un perro, podemos estar solos y será un gran compañero. Podemos ser una familia y él formará parte de ella y la enriquecerá.
Pero también debemos estar dispuestos a pensar que adquirimos un compañero o un miembro de nuestra familia para toda su vida.
Que deberemos contar con él para nuestros planes, que en la rutina del día a día también deberemos introducir sus paseos, su ejercicio, su cepillado y acicalado, su momento de juegos, prestarle atención…
A nuestros hijos , si los tenemos , debemos explicarles que no es un juguete, si no un compañero de juegos. Y que comporta responsabilidades que todos en casa debemos asumir por igual.
Y si nuestros hijos están a punto de venir, no debemos desplazar a nuestra mascota de su lugar en la familia. Es irresponsable y crea confusión en nuestro amigo tratarle de manera distinta simplemente porque haya otro miembro en la familia. Eso posiblemente altera el comportamiento hacia nosotros y nos haga pensar que el perro ha cambiado. Seamos sensatos: los que hemos cambiado somos nosotros.
No es una buena idea que entre un perro en casa simplemente porque nuestro hijo nos lo pide como un capricho ( por el cumpleaños, por la comunión, por aprobar los exámenes…).
Para tener un perro debemos estar mentalizados todos los miembros de la familia. Será un gran compañero ,que nos aportará mucho , pero que requerirá de un pequeño esfuerzo por nuestra parte que se ve compensado por lo mucho que nos aporta en todos los aspectos.