La leishmaniosis es una enfermedad crónica de difícil tratamiento. Es transmitida por un mosquito (flebotomo) que pasa la enfermedad de una animal enfermo a otro sano. Podemos prevenir la picadura del mosquito con insecticidas que actúan de repelente como Scalibor o Xpot.
Pero aún así el mosquito puede picar a nuestra mascota pues no son 100% eficaces. Si nuestro perro está vacunado, tendrá capacidad de reacción frente a la enfermedad y podrá luchar contra la leishmania, no desarrollando o desarrollando síntomas mínimos. La leishmania afecta a hígado, riñón, articulaciones…
El problema es que los perros no estimulan la respuesta celular “linfocitos “ frente al parásito sino que estimulan la respuesta humoral “anticuerpos”. Esto no es eficaz y permite la progresión de la enfermedad.
La vacuna estimula la producción de linfocitos frente a leishmania para que nuestro perro sea capaz de luchar contra este parásito. Frente a una enfermedad complicada como la leishmania, una vacuna siempre es una buena noticia.
Y, recuerde, siempre es mejor prevenir que curar.
Pregunte en su veterinario.